ORGANIZACIÓN POLÍTICA

Para organizar los territorios recién conquistados se crearon instituciones, tanto en América como en España, que tenían por fin administrar los nuevos territorios americanos.

El control desde América

Las divisiones territoriales más grandes eran los virreinatos. En los siglos XVI y XVII sólo se establecieron dos virreinatos. El de Nueva España, con capital en México, fue creado en 1535 y abarcaba México, América Central y las islas del Caribe; y el del Perú, con capital en Lima, que fue erigido en 1543 y abarcaba toda la América del Sur bajo dominio español. Los virreinatos estaban gobernados por un virrey, el cual era el representante personal del Rey de España en el virreinato: su "álter ego", es decir, "su otro yo". Como suprema autoridad del virreinato fue el encargado de impartir justicia, administrar el tesoro público y velar por la evangelización de los indígenas. A su vez, los virreinatos estaban subdivididos en gobernaciones a cargo de un Gobernador. El cual tenía funciones administrativas y militares en su distrito.

En el plano regional, la máxima autoridad era el cabildo, que eran a la vez la autoridad política y judicial de la ciudad. El Cabildo estaba integrado por vecinos, que eran elegidos anualmente entre los ricos y los poderosos locales. Los principales funcionarios eran los alcaldes y los regidores. Dos alcaldes se ocupaban de los casos judiciales (civiles y criminales) de la ciudad; un número variable de regidores se ocupaba de la administración de la ciudad: obras públicas, policía, cárceles, inspección del mercado y control de precios, organización de las festividades.

La justicia estaba a cargo de las audiencias, que eran los más altos tribunales judiciales en la América española. Estaban integrados por los oidores o jueces, designados por el rey.

El control desde España

El gobierno de América se completaba con las instituciones que tenían su sede en España. A comienzos del siglo XVI se crearon las dos principales. El Consejo de Indias era el máximo organismo para el gobierno colonial y colaboraba con el rey en la designación de altos funcionarios y en general en las decisiones políticas concernientes a América. La Casa de Contratación, cuya sede era Sevilla, era el máximo organismo que regulaba el comercio entre España y sus colonias, y era a la vez un tribunal comercial.

Las enormes distancias entre España y América, y entre las distintas regiones de América, hacían que este sistema fuera difícil de supervisar por parte de la corona. Para controlar el desempeño de los funcionarios coloniales españoles, periódicamente el Consejo de Indias enviaba visitadores, que inspeccionaban la administración de los funcionarios. Al finalizar su período éstos debían someterse a un Juicio de Residencia que evaluaba su desempeño en el cargo.


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